Cuando vi como mi viejo amigo se precepitaba en el abismo de la enfermedad, y poco a poco su vitalidad decaía, me vino a la mente la persecución infructuosa que siempre mantuvo en pos de la mujer ideal (que nunca llegó.) La mujer entre las brumosas cimas inaccesibles, y en la profundidad, los valles de los que nunca pudo salir.
lunes, 9 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario